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Ramon Casas fue el artista clave del Modernismo catalán, supo fusionar a la perfección su capacidad de síntesis en la creación artística a través de las innovaciones de las artes plásticas que se produjeron en el cambio de siglo entre el XIX y XX, convirtiéndose en uno de los máximos exponentes del cartelismo. Su obra, marcada por una estética innovadora y un profundo conocimiento de las técnicas gráficas, dejó una huella indeleble en el panorama artístico de su época con unos carteles fácilmente reconocibles y memorables.

La Belle Époque se inició con la Segunda Revolución Industrial a partir de 1870. Fue una era marcada por un rápido proceso de industrialización, crecimiento económico y un optimismo generalizado, convirtiéndose en el caldo de cultivo perfecto para la popularización del cartelismo. Las ciudades se llenaron de anuncios publicitarios que divulgaron desde espectáculos teatrales hasta los productos de consumo más inusuales.

En este contexto, Ramon Casas se convirtió en uno de los artistas más solicitados, especialmente después de ganar el concurso convocado por Anís del Mono y el éxito arrollador para Codorniu en 1898. A partir de aquel año exitoso, Casas acabó siendo – no solo – un especialista y referente del cartel, siendo el responsable de más de 250 obras entre proyectos y obras finales, entre las cuales se encuentran también la serie dedicada a sus llamados “afiches imaginaires”.

La figura de Júlia Peraire es quizás una de las caras más reconocidas no solo en la obra de Casas, sino del Modernismo Catalán. Júlia fue modelo desde 1905 y esposa de Ramon Casas en 1922. Fue tal su belleza que su nombre ha llegado a utilizarse como el prototipo de belleza femenina en las primeras décadas del siglo XX. Júlia se encuentra en el prestigioso y reducido grupo de grandes musas del Arte universal tal como Saskia para Rembrandt, Aline para Raimundo de Madrazo o Gala para Dalí. Júlia es la protagonista de tres obras de la exposición: Casas la retrató para realizar el cartel de la Copa Tibidabo, organizada por el RACC en 1914. Como una artista en la azotea de un edificio con vistas a las torres de Santa María del Mar para el calendario de la Esquella de la Torratxa en 1915 y también es la protagonista del penúltimo cartel de Casas para la campaña contra la tuberculosis.

Para Casas, el cartel no solo fue un medio publicitario, sino una forma de expresión artística. Sus ilustraciones, caracterizadas por líneas limpias, colores vibrantes y composiciones dinámicas, se alejaron de los cánones tradicionales y se adaptaron a las nuevas sensibilidades estéticas. Casas supo captar la esencia de la vida moderna y la trasladó a los carteles, convirtiéndolos en auténticas obras de arte.

Deseamos expresar nuestro agradecimiento a las instituciones, empresas y personas que nos han ofrecido su apoyo. Con su colaboración y generosidad han hecho posible que este proyecto sea una realidad.

Equipo técnico: Fundació Pinnae

Curador documentación: Gabriel Pinós Guirao, Pilar Cortés Barrado, Eva Mata Miguel, Alba Valldepérez Pegueroles y Pau Medrano-Bigas.

Agradecimientos: Oriol Benet Fàbregas, Ignacio Zaragoza Rovira, Carmen Thyssen, Guillermo Cervera, Albert Garriga, Francesco Camillo, Josep Asenjo, Natalia Carrasco, Àngel Gustà, Marc Martí, Ricard Martí, Gerard Martí, Josep Espelt, Pepe Ribas, Maria Vidal Tomás, Codorniu, Marc Martí Publicitat, Carmen Thyssen-Bornemisza